La batalla de Stalingrado fue, desde mi punto de vista, un momento bisagra en la contienda. Desarrollada entre los meses de septiembre de 1942 y febrero de 1943, fue un revés tan duro para la Wehrmacht, que ya perdió la iniciativa, y lo que había sido una guerra de atacar y avanzar, se convirtió para el ejército alemán en una guerra de defender y retroceder. Esta batalla, desde un punto de vista propagandístico, sirvió para demostrar a los Aliados que la Werchmacht no era invencible, y ayudó de manera considerable a subir la moral de los países aliados, que hasta ese momento y salvo en contadas ocasiones, sólo habían conocido la derrota.
Recuerdo bien, que al finalizar la lectura, me quedé con el libro en las manos, pensando y rememorando lo que había leído. Repasando una y otra vez los personajes, las situaciones, lo mejor y lo peor de la guerra. Es un libro que, quizás para recién iniciados, sea un poco denso y complicado de digerir. Pero para los que llevamos ya años leyendo e informándonos, sin duda es un «must read» y no una, sino varias veces.
Un saludo,
Javier